COMPARATIVA ENTRE REACCIÓN AL FUEGO Y RESISTENCIA AL FUEGO

Evacuation in case of a fire
COMPARATIVA ENTRE REACCIÓN AL FUEGO Y RESISTENCIA AL FUEGO

COMPARATIVA ENTRE REACCIÓN AL FUEGO Y RESISTENCIA AL FUEGO

Cuando se habla de la capacidad de cualquier material aislante para resistir al fuego, hay dos factores clave: la reacción del material al fuego y su resistencia al fuego. Por motivos de seguridad, es crucial entender la diferencia entre ellos.

Reacción al fuego

Respuesta de un material al fuego medida en términos de su contribución al desarrollo del mismo con su propia combustión, bajo condiciones específicas de ensayo.. Este sistema de clasificación se compone de siete grupos que van de A1 a F, donde A1 está formado por productos incombustibles y F por productos fácilmente inflamables (Euroclases: A1 / A2 / B / C / D / E / F).


Además de las clases, existen dos criterios adicionales de clasificación - S y D:

  • S se refiere a la producción de humo. Los productos clasificados como S1, al contrario que los clasificados como S3, producen pequeñas cantidades de humo. El humo se libera lentamente.

  • El índice D se refiere a la caída de gotas inflamadas (siendo D2 el menos favorable).

Resistencia al fuego

La resistencia al fuego es la capacidad de un elemento constructivo (sistema) de mantener sus propiedades de FUNCIÓN PORTANTE, INTEGRIDAD y AISLAMIENTO TÉRMICO durante un periodo determinado.

Para clasificar la resistencia al fuego de un elemento constructivo es necesario evaluar tres características de rendimiento: capacidad portante, integridad y aislamiento. También pueden evaluarse otras características opcionales, p-ej. la radiación, los aspectos mecánicos, la capacidad de autocierre y las fugas de humo.

Los valores de clasificación estándar de resistencia al fuego son 15, 30, 45, 60, 90, 120, 180 y 240 minutos. Esta clasificación suele significar el periodo durante el cual un sistema de protección pasiva contra incendios/elemento constructivo puede resistir a una prueba de resistencia al fuego estándar. Puede cuantificarse simplemente como una medida de tiempo o, en su lugar, puede implicar un conjunto de otros criterios, por ejemplo, otras pruebas de funcionalidad o adecuación a su finalidad.